El Manifiesto de la Piedra

MANIFIESTO DE LA PIEDRA

Te voy a hablar a vos directamente lector. El mundo actual está llegando a su fin, y vos podés hacer algo para crear uno diferente.Vivís con suerte un tercio de tu vida. Te levantas y vas a trabajar 9 o 10 horas por día en un lugar que te estresa, que no te importa en absoluto. Volvés a tu casa, vivís las pocas horas libres que te quedan, y enseguida te acostás a dormir, cansado por el día agotador y pensando en que en un par de horas tenés que volver al trabajo. Y eso si no estás haciendo una maestría o cursos que el sistema te exige para mantenerte en tu trabajo (que poco te interesa) o escalar a nuevas posiciones (que probablemente tampoco te van a interesar).¡No desperdicies tu vida por sueños ajenos! ¡Solo vas a lograr una vida completa, si trabajas por algo que realmente te apasione, disfrutas de tu tiempo libre y usas las noches para soñar con tus proyectos! Tenés una sola vida, no tiene sentido que la quemes casi toda cumpliendo con los proyectos de otros, o peor aún, de las grandes empresas y corporaciones. Y te tientan con un auto y plata para un par de lujitos transitorios ¿Tan poco vale tu vida, tus únicos años?Y acá va una aclaración importante. Este no es un manifiesto contra las empresas. Si tu pasión es trabajar en una multinacional y a eso te dedicás ¡excelente! Entonces sentirás que estás aprovechando tu vida.Este es un manifiesto acerca del valor de buscar lo que te apasiona y animarte a hacerlo. Sea comenzar un emprendimiento propio, una empresa, sea la pintura, el teatro, el deporte, la enseñanza, cualquier cosa, lo que sea que te haga verdaderamente feliz. Puede ser que al principio sea arduo, difícil y requiera trabajo, es verdad, pero va a ser el tiempo mejor invertido de tu vida. No pretendo decir que haciendo lo que te guste, tu vida va a ser color de rosas, esquivando los pozos negros propios del alma humana; digo que buscando y siguiendo tus pasiones, el esfuerzo cobra sentido, y el cansancio se vuelve gratificante.Te vas hartando. El mundo actual te abre miles de puertas enfrente, ves pasar millones de opciones de vida, oportunidades, y por eso cada vez te conforma menos el lugar donde estás. Por eso hay tanta rotación en los empleos. Cambias tratando de conseguir algo que te satisfaga, pero eso difícilmente va a pasar.Solo va a pasar cuando abras los ojos, cuando mires hacia adentro y busques eso que arde en el fondo, eso que te apasiona. Requiere de mucho valor, si, pero sin eso no hay vida, por lo menos no vida plena. Esto es lo fundamental. Total en este camino ya te estás perdiendo gran parte de ella.Si sos jóven la tenés más fácil, es tu oportunidad de no entrar en la vorágine a la que el sistema te impulsa. Pero puede ser que ya estés subido al tren, que hayas ido al colegio que correspondía, después a la universidad, ahora estés en una empresa y tengas la vida encaminada. Pensás en asentarte y formar una familia, y con ese fin tirás todos los días, resignado, una parte de tu vida a la hoguera de la empresa. Religiosamente, día tras día. Podés pensar que todo eso te ata a donde estás, pero sé consciente de que las decisiones de vida se pueden tomar en cualquier momento, solo importan las ganas verdaderas que uno tenga. Podés formar una familia mientras te embarcas en algo nuevo, realmente apasionante; ellos pueden ser tu compañía, la fuerza en tus proyectos.O tal vez ya estás en los pisos más altos de este edificio que se cae, habiendo ya pasado gran parte de tu vida adentro. Nunca es demasiado tarde. Hay muchísimos casos de personas que dejaron altos puestos en empresas para dedicarse a hacer algo que realmente les importaba.El único denominador común entre los grandes personajes de la historia, sea Darwin, sea Ford, sea el Che Guevara, no fue la genialidad… fue la pasión. Solo los hombres que se entregan a sus pasiones llegan a grandes cosas. Solo quienes son auténticos logran vivir una vida plena. Y que se entienda que no planteamos aspirar a la fama, (la fama como fin nunca da buenos resultados), simplemente te impulsamos a que busques y te entregues a tus pasiones, que por modestas que sean, son el único camino para llegar a vivir una vida entera, y no solo una fracción de ella.La realidad actual es un gran edificio que se resquebraja y se cae a pedazos. ¡Hay que tirarle piedras y derrumbarlo de una buena vez! Por lo menos romperle ventanas para que algunos puedan salir y empezar algo nuevo, más humano, donde la vida valga y se aproveche. HAY QUE ANIMARSE A SOÑAR Y ANIMARSE A HACER, ahí está el secreto, ese es el desafío. Serás lo que tengas que ser (alguien que fue autentico consigo mismo y siguió sus pasiones) o no serás nada.Pasá este manifiesto; usalo como una piedra para romper algunos vidrios, y con suerte lograr liberar a alguien de esta inmensa estructura decadente.


test4

Datos curiosos de San Valentín
Via: MercadoLibre

test 2

Datos curiosos de San Valentín
Via: MercadoLibre

test

Datos curiosos de San Valentín
Via: MercadoLibre

prueba 2

Datos curiosos de San Valentín
Via: MercadoLibre

prueba

 Linktoberfest! SEO Infographic for Link Data Visualization

Infografía san valentin

Datos curiosos de San Valentín
Via: MercadoLibre

De como una suma de decisiones correctas puede llevar al colapso

Quedé sorprendido después de leer la historia de Starbucks en la revista de una universidad. El nombre del artículo era “La comoditización de la experiencia de Starbucks”, y se iniciaba planteando un dilema que enfrentaba la compañía en el 2007. El problema en resumen era básicamente que, habiendo crecido tanto en tan poco tiempo para satisfacer las exigencias de rentabilidad de los accionistas, Starbucks había perdido su esencia como compañía. Se había enfocado en producir cafés de la forma más rápida y barata posible, logrando bajar la cantidad de segundos que le tomaba a los empleados hacer un café, destruyendo todas esas cosas que hacían especial a Starbucks en un principio. Había desaparecido la experiencia de ver como hacían tu café en forma artesanal, con un “barista” (el que hace el café) que ponía mucho de lo propio, con técnicas y estilos personales, y donde el aroma del café que se cargaba manualmente en las máquinas le daba al lugar un toque único. Para el 2007, Starbucks se había convertido en una fábrica de cafés estandarizados, perdiendo su encanto, lo que daba lugar a que cafeterías competidoras le quitaran clientes. El problema era tan grave que Howard Schultz, fundador de la compañía, retomó las riendas de la empresa para corregir el rumbo.
La moraleja del caso era la siguiente: si bien durante esos años se habían tomado decisiones que vistas en forma individual parecían correctas, como por ejemplo incorporar una máquina que reducía en 5 segundos el tiempo de hacer un café, o un cargador automático de café enlatado, la suma de todas esas decisiones había resultado muy perjudicial para la empresa, ya que había destruido el encanto original y la ventaja principal de Starbucks.

Lo que me resultó chocante del caso fue ver en números la ambición desmedida que generan las bolsas y ese mundo nefasto de accionistas y financistas.
La compañía había crecido a buen ritmo hasta los años 90’s, cuando se lanza a la bolsa, y el crecimiento se dispara. En 5 años la empresa había abierto cerca de 2500 locales por año, pasado de 3000 a casi 14000 locales en total. En Seattle, por ejemplo, había llegado a haber una bocacalle con un starbucks en cada una de las 4 esquinas. Los ingresos de la compañía habían crecido muchísimo también, alcanzando los 10 mil millones de dólares anuales, de los cuales más de 900 millones eran de ingreso limpio. Pero a pesar del impresionante desempeño, las acciones de la empresa estaban empezando a bajar, en un mercado que se des aceleraba, por lo que los accionistas presionaban al directorio para que continuaran con la expansión de locales. Se buscaban nuevos mercados, a fin de mantener las ganancias extraordinarias. Para esto se elaboró un plan que apuntaba a pasar en 4 años de trece mil locales a más de cuarenta mil en todo el mundo. Y es acá donde se abría el conflicto para Schultz, que debía optar entre satisfacer la exigencia de los accionistas de continuar creciendo meteóricamente y generar cada vez más ingresos, o mantener la identidad y la sustentabilidad a largo plazo de la compañía.
Fue al ver estos planes de expansión cuando me asombré de hasta donde puede llegar la ambición de algunos hombres. ¡¿Cual es la necesidad de triplicar en tres años el tamaño de una empresa ya gigante, que genera cientos de millones de dólares; tantos que sus dueños ya probablemente no podrían ni llegar a gastarlos?! ¿Cual es el sentido de buscar un crecimiento constante, de aspirar a ganar cada vez más y más plata, aún siendo ya asquerosamente millonario? Pareciera como si a ese nivel, la cosa se volviera más un juego de acumular puntos que de perseguir un fin concreto. Y lo que me preocupa no es la cuestión moral, que cada uno haga lo que quiera en ese campo; lo que me consterna profundamente es el efecto que esta lógica está teniendo sobre el planeta. Las compañías de ambición infinita, viven lamentablemente en un mundo finito, y esas inmensas expansiones implican aumentar el consumo de recursos de forma abismal. Piensen en las millones de toneladas de plásticos, tetra packs, bolsas y otra basura que generaban ya los trece mil locales de Starbucks, y piensen en cuantas más todavía los cuarenta mil locales proyectados. Y a eso se le suma lo producido por las otras millones de grandes empresas.
Si bien muchos pueden argumentar que esto trae riqueza al mundo, pueden tener razón a corto plazo. Sin embargo, en un modelo en el que cada tonelada de productos genera 8 toneladas de desperdicios, y donde se produce a un ritmo cada vez más desenfrenado, el beneficio no puede durar mucho: el modelo no es sostenible. El planeta ya muestra signos gravísimos de deterioro. El polo norte perdió 40% de sus hielos permanentes en 40 años, y los cambios se producen cada vez con mayor velocidad (recomiendo que vean la película Home, que está gratis en youtube, y que habla de estos temas esenciales).
Las empresas, al igual que los países, buscan crecer constantemente, crecer hacia el infinito en una carrera sin fin. Olvidan que habitan un mundo finito, de recursos escasos, agotables. Y es en este punto donde la moraleja inicial de Starbucks se presenta en forma análoga a nivel global: si bien puede parecer correcta la decisión de Starbucks, (o cualquier otra empresa) de triplicar su tamaño en cuatro años, a fin de aumentar sus ganancias, la suma de todas esas decisiones nos está llevando a una catástrofe ambiental que afecta a la humanidad entera.
Todas las empresas y países actúan bajo esta ambición sin límites que nos lleva a la destrucción (literalmente), en lugar de enfocarse en la sustentabilidad, algo vital para ellas y para el resto del planeta.

(*pueden buscar el caso de Starbucks en la Harvard Business Review por internet)
 
Add to Technorati Favorites